
LA GUERRA ENTRE ELLOS Y NOSOTROS
En los inicios de la humanidad el sistema económico imperante era la economía de la subsistencia. La humanidad, organizada socialmente en unidades o clanes familiares, relacionaba económicamente a los seres humanos con la naturaleza. Así transcurría la vida, con nuestros ancestros dando sus primeros pasos en el trabajo de conocer, entender y dominar a la naturaleza para ponerla a sus servicios.
Hasta que a alguien se le ocurrió la idea piola de vivir del trabajo de los demás.
Así, la riqueza y el poder que genera consecuentemente, pasaron a ser bienes codiciados por los distintos grupos sociales.
La violencia que desataba la búsqueda de esa riqueza y de ese poder llevaron a ciertos pensadores de la Edad Moderna a pensar en la creación de un “ser superior” (el Estado) que pusiera fin a lo que Hobbes llamó “la guerra de todos contra todos”
Pero la acumulación de riqueza y poder que derivaban de los cientos de años de practicar aquella “idea piola” de vivir del trabajo de los demás desmentía ese concepto de “guerra de todos contra todos”. En realidad, era la guerra de Ellos contra Nosotros. Entre los apropiadores de bienes, recursos y poder y quienes resistimos. Y esa guerra no termina, como se puede constatar en la realidad que estamos viviendo
Un repaso rápido sobre la historia de la humanidad, y centrándonos en América, vemos que desde tiempos precoloniales hasta la actualidad, esas ansias de acumular riquezas y poder se materializaba con el ejercicio de la violencia.
El genocidio de los pueblos originarios lo demuestra claramente, habiéndose extendido esas matanzas en nuestro territorio con el ejemplo contundente de la mal llamada Conquista del Desierto.
Con el paso del tiempo esa violencia fue dejando de lado la utilización de hordas conquistadoras o de ejércitos de ocupación interna para ir definiendo nuevas formas de violentar a los pueblos que insistían en resistir a esos afanes de acumular riquezas y poder.
Una vez que Ellos se sintieron victoriosos, se propusieron el objetivo de fundar instituciones que les permitiera no solo preservar sus privilegios sino también acrecentarlos, sin la necesidad de la utilización permanente de la violencia. Esto llevó a la creación de un andamiaje político-jurídico, que naturalizara en el sentido común de los pueblos el saqueo y la degradación social que eso implicaba para Nosotros, es decir las mayorías populares.
Se buscaba así anular, o al menos debilitar, la voluntad popular de resistencia al régimen de privilegio instaurado, con la manipulación de ese andamiaje político-jurídico, donde la “representación de las mayorías” ocultara la docilidad de quienes actuaban dentro de ese andamiaje a los dueños del poder y la riqueza, asegurando la continuidad de. sus privilegios
Ese objetivo ha tenido etapas históricas donde parecía que la resistencia popular se doblegaba alternadas con otras donde esa voluntad de resistir resurgía encarnada en movimientos políticos-sociales que escapaban a ese modelo jurídico-político y alterando hasta la histeria a los dueños del Poder y la Riqueza.
Hoy, cuando la voluntad resistente de una mayoría de argentinos y argentinas se encuentra a la baja, que nadie piense que nos han doblegado.
Porque la guerra entra Ellos y Nosotros no ha terminado.