
Seguramente el título de este posteo puede parecer exagerado.
Escribirlo para referenciar en ese título a ese pequeño hombre con banda presidencial, sociópata y fabulador, a los 17 gobernadores que, junto al intendente porteño, lo acompañan en la primera imagen, y a los dirigentes de la oposición colaboracionista de la segunda imagen, quizás hasta pueda sonar como una desmesura de mi parte. Sin embargo tengo una explicación.
Ahí va.
Empecemos por definir ¿Qué es la Patria?
Patria, en una síntesis de las variantes conceptuales existentes sobre su significado, es la vinculación subjetiva que una persona siente respecto a elementos que considera propios por su pertenencia a su tierra natal, o adoptiva, organizada como nación. Y esa particularidad de «organizada como nación» determina que esa vinculación se refiere, en principio, a los componentes elementales que se requieren para organizarse como nación: población, Estado y territorio.
Podemos acordar entonces que esa vinculación, histórica, comunitaria, cultural, afectiva, definida en el concepto de Patria es con la población, el Estado y el territorio.
Este ordenamiento que hago de los componentes primarios de una Nación no es arbitrario: sin población para crear y sostener al Estado y para habitar un territorio, no hay Nación.
Entonces ¿se puede entender como vinculados con la Patria a quienes acuerdan políticas que buscan destruir el Estado, ceden graciosamente las riquezas territoriales y entregan el bienestar general de la población?
Destruyendo el Estado, cediendo incondicionalmente las riquezas naturales surgidas de las entrañas del territorio y potenciando las carencias de las inmensas mayorías de la sociedad, ¿alguien puede invocar sinceramente la palabra Patria para avalar esas políticas?
Yo no.
Porque esas políticas llevan a un solo final: la disolución de la Nación y la fragmentación comunitaria en la sociedad.
Entonces de Patria, ni hablemos.
La inmortal Evita decía «No hay grandeza de la Patria en base del dolor del pueblo».
Y quiero acentuar la relación fundamental de Patria y Pueblo, Porque si con esa vinculación subjetiva nos brota la Patria cuando un grupo de nuestros pibes se consagran campeones del mundo en el futbol, aspiro que la Patria también brote cuando otro grupo de nuestros pibes y pibas, concretamente el 60 % de quienes transitan por la niñez y la adolescencia, están inmersos en la pobreza y la indigencia. Y que también brote ante el sufrimiento de nuestros ancianos y ancianas, nuestros laburantes y laburantas, nuestros maestros y maestras, de todos y todas que día a día pierden derechos y bienestar. Y por supuesto, de todos y todas que ya perdieron hace años todos los derechos y todo bienestar.
Entonces cuando los tres poderes del Estado son gestionados dando la espalda a las necesidades de su pueblo, no se puede decir que esa gestión busque la grandeza de la Patria.
Porque hoy el Estado Nacional ha sido capturado por el Poder Económico.
Y está siendo gestionado por un Poder Ejecutivo integrado por fieles personeros de esas corporaciones, por un Poder Judicial con jueces y fiscales que se demuestran como inequívocos custodios de los intereses corporativos y por un Poder Legislativo cuyos integrantes actúan de rodillas ante esa elite que representan políticamente,
Es claro que lo descripto ha surgido como producto del accionar de los presentes en las imágenes que acompañan este escrito, sin dejar de lado a los acólitos que los secundan en roles menores, Ellos han sido la cabecera de playa para la captura del Estado.
Accionar que, aun aplicando el mayor esfuerzo intelectual, no puedo de ninguna manera ni siquiera acercarse al concepto de patriótica.
Accionar que en el sistema político provincial y municipal, salvo honrosas excepciones, también se reproducen en espejo,
Y el dolor generado en un pueblo que está sufriendo la caída del poder adquisitivo de sus ingresos, la perdida de empleo, la disminución de sus derechos laborales, el crecimiento escandaloso de pobreza e indigencia, la desprotección total de su ancianidad, niñez y adolescencia y al que solo le espera mayores sufrimientos con la entrega desembozada de la soberanía sobre cielos, mares y recursos naturales que integran nuestro territorio, tiene responsables.
Solo desde la ignorancia mas profunda, que el discurso hegemónico ha construido en gran parte de la sociedad, se puede seguir ocultando que el causantes de ese sufrimiento es el Poder Económico, y que ese sufrimiento es la consecuencia buscada del modelo de relaciones socio-económicas que surge del proyecto de país sostenido por esas corporaciones económicas.
Ese Poder Económico integrado por esas corporaciones, corporizan la identidad de los enemigos de la Patria.
No dudemos sobre eso.
[Volvamos a identificar al Poder Económico: Asociación Empresaria Argentina (A.E.A), Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), Sociedad Rural Argentina (SRA) y Cámara de Comercio Argentino-Norteamericana (Amcham)]
Pero tampoco podemos dudar, salvo fingiendo insania mental, que los que amueblan este posteo con sus imágenes son quienes con la prestación de sus serviciales conductas políticas, son los que han permitido que el Poder Económico avance en la cristalización de ese pais-colonia que tiene al extractivismo de recursos naturales y al sistema financiero como únicos motores económicos, motores que derraman beneficios sobre esas corporaciones y miseria y privaciones sobre las mayorías populares.
Ellos actúan como tropa cipaya de los enemigos de la Patria.
Entonces dejémoslo claro: la tropa de los enemigos también es enemiga.
Ellos son quienes justifican sus conductas políticas enarbolando un supuesto compromiso con un futuro de bonanzas, pero al mismo tiempo expresan desdén ante las miserias del presente que sobrellevan los sectores trabajadores, los jubilados y jubiladas, el empresariado pymes mercado-internista y nuestra juventud y niñez.
Ellos son quienes, sintiéndose impunes a todo castigo social, desvirtúan la representación de los intereses de quienes los depositaron con sus votos en los cargos que detentan para asumirse como garantes de la continuidad de los privilegios de ese Poder Económico que les dictó el articulado del DNU 70/23, de la ley Bases y del Pacto de Mayo.
Ya va siendo hora que los ciudadanos y ciudadanas nos comencemos a preguntar si estos sujetos, a quienes la representación delegada por el pueblo a través del voto los legalizó como gobernadores y legisladores, mantienen con sus decisiones la legitimidad de esa representación.
¿Representan los intereses de sus votantes usuarios del transporte publico avalando la quita de subsidios a ese transporte?
¿Representan los intereses de sus votantes trabajadores y trabajadoras de organismos nacionales avalando el recorte de sus salarios, y en el peor de los casos, sus despidos?
¿Representan los intereses de sus votantes que reciben jubilaciones y pensiones nacionales, avalando la miseria de crecimiento infinito a que se los somete?
¿Representan los intereses de sus votantes que perdieron sus empleos relacionados directa e indirectamente con la obra publica cuya parálisis total avalaron?
¿Representan los intereses de sus votantes que siendo empresarios pymes cierran sus empresas y siendo trabajadores de esas pymes pierden sus empleos?
¿Representan los intereses educativos de sus votantes avalando los recortes al financiamiento universitario y a la educación publica, la que contiene a sus hijos e hijas?
¿Pueden justificar porque es necesario para la grandeza futura del país el sufrimiento de la inmensa mayoría de su pueblo mientras una minoría privilegiada sigue acrecentando la riqueza que concentra en sus manos?
¿Pueden seguir con el discurso sobre la necesidad de esperar para ver ese futuro de grandeza que surgirá del sufrimiento presente, discurso con el cual solo buscan convertir a ese pueblo en «esperante» eterno de un Godot que nunca llega, pero que ellos nos anuncian «que no vendrá hoy, pero mañana seguro que sí».
Salvo que se este viviendo una experiencia lisérgica, la respuesta es decididamente no.
Porque en el DNU que se niegan a derogar, en la ley Bases que votaron presurosos y en el Pacto de Mayo que firmaron payasescamente el día de la Independencia, solo contemplan el interés de las corporaciones nativas y extranjeras a las cuales estos personajes sirven como los «Che pibe» de la política, presurosos a ejecutar con las ordenes que les imparten.
Tomando como bloque el DNU, la ley y el pacto, no se encuentra ni una sola linea , NI UNA SOLA, que contemple remediar las necesidades de las mayorías populares. Nada. Solo resguardar y acrecentar los privilegios del Poder Económico poniendo en vigencia un nuevo Estatuto del coloniaje.
Coloniaje que aumentara los sufrimientos de nuestro pueblo cuando en los próximos meses se comience a efectivizar el pago de la monstruosa deuda externa heredada de la tríada Macri-Caputo-Sturzenegger, deuda con la que comenzó el nuevo ciclo colonizador que sufrimos.
En síntesis, no tengo dudas que entregar al pueblo al dolor y al sufrimiento en el altar de los privilegios corporativos de esa oligarquía diversificada que constituye el Poder Económico, es entregar la Patria. Y el que la entrega es un enemigo de la Patria.
Si con lo explicado no alcanza para entender porque el titulo utilizado para este posteo y el énfasis puesto en la relacion patria-pueblo, les dejo el pensamiento de alguien que sabia de este tema mas que yo:
«Los grandes enemigos de Patria son los grandes enemigos del Pueblo, porque yo considero PATRIA a nuestros hermanos argentinos, no a las vacas, ni a las casas ni a los campos. Y los enemigos de ese Pueblo son los principales enemigos de la Patria» (Perón, la Revolución Justicialista» (Madrid, 1971) de Solanas y Getino).
Hasta la proxima.