
La deuda externa es un fenómeno que recorre la mayor parte de la historia económica argentina. Desde los primeros años de vida independiente, préstamos o créditos provenientes del exterior, fueron acumulándose y con ellos la incapacidad de pagarlos. Dice Elio Carro en su «Historia y evolución de la deuda externa argentina» :«En la problemática generada en torno a sus consecuencias hay una considerable distancia entre lo consignado en los repertorios oficiales, en los que abrevan muchos economistas y políticos, y las contundentes evidencias que surgen de los testimonios y documentos de una investigación histórica. (…) Debiendo tenerse en cuenta que todavía hay bastantes secretos que nadie ha tenido la intención de revelar, y una resistencia tenaz a mostrar la realidad tal cual fue, prefiriéndose nuevas o poco novedosas versiones de una misma cuestión, a profundizar en
temas de real significación que aún hoy se encuentran pendientes de su esclarecimiento».
Hagamos un humilde esfuerzo para llegar a ese esclarecimiento.
BREVE RESUMEN HISTORICO
PERIODOS | MONEDA | DEUDA | INCREMENTO |
1824 | lIBRA ESTERLINA | 1.000.000 | |
1825 – 1916 | lIBRA ESTERLINA | 121.240.000 | + 120.240.000 |
1917 – 1928 | lIBRA ESTERLINA | 143.000.000 | + 21.760.000 |
1929 – 1946 | DOLAR | 265.000.000 | |
1947 – 1955 | DOLAR | 0.00 | – 265.000.000 |
1956 – 1972 | DOLAR | 5.092.000.000 | + 5.092.000.000 |
1973 – 1976 | DOLAR | 8.085.000.000 | + 2.993.000.000 |
1977 – 1983 | DOLAR | 45.100.000.000 | + 37.015.000.000 |
1984 – 1989 | DOLAR | 65.300.000.000 | + 20.200.000.000 |
1990 -1999 | DOLAR | 152.563.000.000 | + 87.263.000.000 |
2000-2001 | DOLAR | 166.272.000.000 | + 13.709.000.000 |
2002 | DOLAR | 155.400.000.000 | – 10.872.000.000 |
2003 – 2015 | DOLAR | 82.566.000.000 | – 72.834.000.000 |
2015 -2019 | DOLAR | 195.156.000.000 | + 112.590.000.000 |
Fuentes: La deuda externa argentina y la soberanía jurídica: sus razones históricas – Mario Rapoport / Dirección Nacional de Cuentas Internacionales- INDEC
Normalmente, bajo la gestión de gobiernos con sentido nacional y popular, un país se endeuda cuando importa más de lo que exporta y la contrapartida de la deuda se ve en el crecimiento de bienes de capital, de bienes intermedios, de fuentes de energía, de materias primas productivas. Tambien la toma de crédito en moneda extranjera puede financiar proyectos de infraestructura que faciliten el desarrollo económico de la Nación (autopistas, diques, centrales energéticas, puentes, gasoductos, etc.)
Nada de eso nos ha ocurrido en nuestra historia. La acumulación de deuda externa nunca apalancó el desarrollo productivo de la Nación.
En Argentina, la principal contraparte de la deuda externa es la fuga de capitales privados.
Una contribución decisiva para consolidar esta estrategia fue en Argentina la reforma del sistema monetario y financiero de 1977 diseñada por el ministro de Economía de la dictadura militar, José Alfredo Martínez de Hoz (h). Esa reforma instaló en una posición hegemónica al sector financiero que quedó a cargo de la absorción y asignación de recursos en la economía, liberalizó las tasas de interés y anudó los vínculos entre el mercado financiero local y el internacional.
Y acá nos detenemos para darle un tratamiento singular a la evolución de la deuda externa desde la recuperación de la democracia, con gobiernos elegidos democráticamente y habiéndose expresado la voluntad política de la sociedad, la que no siempre fue respetada en la gestión de esos gobiernos. El proceso de endeudamiento en este periodo está directamente relacionado con nuestro presente y nuestro futuro inmediato como país.
Así que sacudámonos las anteojeras, corramos el velo del ocultamiento y la desinformación que sufrimos y tomemos real significancia de lo ocurrido en este pasado cercano.
Decíamos al comenzar esta nota que es normal que un país se endeude cuando los ciclos económicos generan un déficit comercial. Esto es que las importaciones superen el valor de las exportaciones. La necesidad de comprar bienes de capital, bienes intermedios e insumos para el sistema productivo o la ejecución de proyectos de infraestructuras que faciliten ese desarrollo económico, ameritan la financiación externa.
Pero este no es el caso de la Argentina, porque el aumento extraordinario de su deuda desde el año 1983 se efectuó durante un período en el que tenía excedentes comerciales.
Cuales fueron esos excedentes comerciales? 193.099.910.000 dólares fue el superávit comercial entre 1983 y 2021. (Fuente: INDEC. Dirección Nacional de Estadísticas del Sector Externo y Cuentas Internacionales-Abril 2022).
Esto deja totalmente de lado la excusa del endeudamiento para cubrir déficit comerciales.
Ahora tengamos en cuenta este otro dato: este superávit comercial promedia anualmente 5.081.576.000 dólares. Recordémoslo para mas adelante.
Otra falacia expuesta como excusa para justificar el endeudamiento externo es el déficit que genera la gestión del Estado. Las operaciones del Estado, salvo los servicios de deuda externa, se realizan en monedad local y para cubrir esos déficit necesita créditos en moneda local y no en dólares.
Esa falacia fue agravada con la mentira inescrupulosa del ex ministro macrista Prat Gay, asegurando que habían recibido el gobierno con un déficit operativo del 7% del PBI. Sin embargo en el año 2017, bajo el mismo gobierno, se publicaba «Ejecución del presupuesto del sector público nacional, en porcentaje del PBI. Años 2013-2017» donde se establecía que el déficit primario del Estado Nacional en el año 2015 fue de 1,98% y el déficit financiero del 3,95 %. (Fuente: Ministerio de Hacienda. Secretaría de Hacienda. Subsecretaría de Presupuesto. Oficina Nacional de Presupuesto. Dirección de Proyecciones y Estadística Presupuestaria).
Otra referencia importante es que, según estadísticas publicadas en Datosmacro.com, en 2015 existía déficit público en 168 países del mundo. Y ninguno necesitó recurrir a irracionales endeudamientos externos como la Argentina de Macri. Agreguemos también que la Unión Europea permite en sus estatutos que los países miembros pueden tener hasta un 3% de déficit anual.
Ya dejado de lado las excusas de los déficit comerciales y/o públicos de la gestión del Estado, cual era el objetivo real del endeudamiento externo?
Dejemos que lo cuente Mario Rapoport:
«La cuestión de la deuda externa, como señalábamos al comienzo, constituye uno de los nudos de nuestra historia económica, política y social. Pero la deuda no se fue construyendo mayormente al compás de nuestras necesidades, sino de la existencia de fondos líquidos en las potencias capitalistas, modelando el proceso del endeudamiento argentino y sus bruscas oscilaciones. Los capitales de aquellas potencias se dirigen a la periferia buscando nuevas oportunidades de rentabilidad, ayudados por políticas de apertura y desregulación de capitales, que implementadas por gobiernos locales, son promovidas por ellos mismos para asegurar su colocación, movilidad y repago. Por lo general fueron una vía de ganancias fáciles para los acreedores, y de movimientos especulativos, corrupción y escape del ahorro interno, a través de la fuga de capitales de las elites locales. Desde la última mitad del siglo XX resultaron, además, una herramienta de disciplinamiento económico por parte de los organismos financieros internacionales, obligando a los deudores a aplicar duras políticas de ajuste para garantizar los compromisos asumidos. Los flujos que ingresan parten de vuelta multiplicados con creces a sus lugares de origen. Asemejan, más bien, un agujero negro del espacio que traga, junto a nuestras riquezas, las esperanzas de un futuro mejor (…) Una contribución decisiva para consolidar esta estrategia fue en Argentina la reforma del sistema monetario y financiero de 1977 diseñada por el ministro de Economía de la dictadura militar, José Alfredo Martínez de Hoz (h). Esa reforma instaló en una posición hegemónica al sector financiero que quedó a cargo de la absorción y asignación de recursos en la economía, liberalizó las tasas de interés y anudó los vínculos entre el mercado financiero local y el internacional.» (La deuda externa argentina y la soberanía jurídica: sus razones históricas, junio 2014)
MACRI Y LA ENTREGA DE LA SOBERANIA NACIONAL

Para entender el tratamiento especial al endeudamiento generado por el gobierno de Macri debemos recordar el estado financiero de la Argentina en diciembre de 2015: sin el FMI controlando la economía argentina y con «un nivel de endeudamiento entre los mas bajos del mundo» expresado por su ministro de Hacienda Nicolás Dujovne.
¿Como se sale de ese bajo de nivel de endeudamiento para caer en el descomunal crecimiento de la deuda externa? Las primeras medidas de Macri comenzaron a preparar el terreno para ello. Desfinanció operativamente el Estado eliminando las retenciones y disminuyendo los impuestos de las grandes fortunas, liberó de restricciones el movimiento de capitales foráneos y abriendo la economía generó uno de los mayores déficit comerciales de la historia, 8.472.000.000 de dólares en 2017.
Esta situación, sumada las altas tasas de intereses que pagaba el Banco Central por las Lebac, 35%, fue aprovechada por fondos especulativos para introducir dólares al país atraídos por las fáciles ganancias que les generaba el carry trade. o bicicleta financiera. Así, a diciembre de 2017 la deuda externa argentina ya estaba en 169.093.000.000. Los fondos especulativos, que durante 2016 y con el ciclo dólares – Lebacs – dólares habían tomado una ganancia del 16%, contra el 1,25% que pagaba la FED por los bonos de EE.UU, ante el cierre de los mercados de financiamiento privados para la Argentina, ocurrido en los primeros meses de 2018, aceleraron su salida. Unido al déficit comercial, el libre acceso a comprar dólares sin ninguna restricción alentando la fuga de divisas, el gobierno veía vaciarse las reservas del Banco Central y tomaron la decisión: había que traer de vuelta al FMI.
Y esa vuelta estuvo plagada de irregularidades, administrativas en la Argentina (la investigación sobre estas irregularidades las tiene parada hace un año la jueza Capuchetti, si, si, la misma que investiga el intento de asesinato de CFK) y estatutarias en el Fondo. El stand by otorgado por 55.000 millones de dolares, y luego reducido a 45.000 millones por decisión de Alberto Fernández.
No perdamos este dato: desde 1957 hasta el 3 de enero de 2006, cuando Néstor la canceló, la deuda con el FMI había acumulado 9.810 millones de dólares. Macri, con un discurso de 3 minutos nos anunció que endeudaba al país por 45.000 millones.
En definitiva el gobierno de Macri termino con un endeudamiento de 45.000.000.000 de dólares con el FMI y 67.590.000.000 con fondos privados.
Sumados a las deudas aun pendientes de las restructuraciones de Néstor y Cristina hacen los 195.156.000.000 dólares vigentes al 31 de diciembre de 2019.
Los vencimiento de deuda que deja Macri en diciembre de 2019 (Por año, en millones de dólares, sumando privados y FMI y tomando solo 4 periodos presidenciales)
2020 | 2021 | 2022 | 2023 | 2024 | 2025 | 2026 | 2027 | 2028 | 2029 | 2030 | 2031 | 2032 | 2033 | 2034 | 2035 |
7.587 | 27.317 | 27.472 | 10.972 | 3.785 | 4.477 | 10.637 | 9.100 | 9.500 | 3.622 | 3.900 | 3.850 | 3.800 | 3.723 | 3.650 | 3.520 |
Ahora tengamos en cuenta este otro dato, escribí más arriba: 5.081.576.000 dólares es el saldo promedio anual de superávit comercial de Argentina. Este es único ingreso genuino del país. Me pregunto, y nos debiéramos preguntar colectivamente: ¿Cómo carajo pensaban pagar estos vencimientos?
Lo contesta el ex-ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en Ámbito, el 12/6/22: «Íbamos a reemplazar el stand by por un préstamo de facilidades extendidas». Mira vos!!!
El verdadero trasfondo del acuerdo de Macri con el FMI, aparte de garantizar la salida de fondos especulativos con mas deuda, lo blanquea Dujovne.
Esa deuda impagable en el corto plazo, llevaba directamente a un programa de facilidades extendidas. 10 años de FMI, monitoreando la economía servía de excusas para poder llevar adelante el plan de ajuste, hambre y miseria que la reacción popular les impidió realizar en el periodo 2016/2019.
El Fondo Monetario Internacional es un organismo que cumple dos objetivos fundamentales: defiende los intereses económicos del poder financiero internacional y los intereses geo-políticos de los países del mundo desarrollado que conforman su directorio.
El primer objetivo que tiene el Fondo cuando entra a los países es garantizar el cobro de los intereses y capital adeudado. Para ello obliga a los Estados
a generar un mayor excedente de divisas disminuyendo las importaciones y aumentando los saldos exportables. Para disminuir las importaciones y aumentar los saldos exportables necesita dos cosas: que baje el gasto estatal y que baje el consumo popular. Esto no es otra cosa que ajustes en el Estado, salarios estatales, inversión y jubilaciones, y en los ingresos de los trabajadores privados. La recesión queda así a la vuelta de la esquina, trayendo mas ajuste en un circulo perverso.
A-JUS-TE, no hay otra receta para el FMI. Luego vienen los intereses geo-políticos: liberar el comercio exterior y extranjerizar medios de producción estratégicos beneficiando a empresas de los países desarrollados y consecuentemente a sus gobiernos.
Esto se traduce, para los gobiernos nacionales atrapados en el Fondo, la perdida de la soberanía política para decidir sobre cuestiones económicas internas. La esperanza de construir una sociedad mas justa comienza a retroceder.
Queda explicado así lo que encubría el acuerdo del gobierno integrado por (vale recordarlo) el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica de Carrió.
LA CLAUDICACIÓN DEL GOBIERNO DE ALBERTO FERNÁNDEZ

En el posteo «LOS ERRORES NO FORZADOS Y EL MATCH-POINT», del 14 de agosto, adelantaba mi opinión sobre el acuerdo del ministro Guzmán con el FMI, que no fue una reestructuración, solo una refinanciación que transformó un préstamo stand by en un crédito de facilidades extendidas. Allí escribí:
«La primera claudicación fue ante el Fondo Monetario Internacional. El vandálico préstamo acordado entre Macri y el FMI, llevaba implícito el pedido de entrar a un programa de Facilidades Extendidas, con el cual el Fondo se transformaba en el gendarme de las políticas económicas del Gobierno. Violatorio de su propio Estatuto, dejaba como clara demostración de la irresponsabilidad de Lagarde y su staff de “expertos” las escalofriantes cuotas anuales de casi 20.000 millones de dólares, impagables para la Argentina. El Gobierno, asesorado por su ministro Martin Guzmán, no se atrevió a fortalecer su posición negociadora generando un debate internacional sobre las irresponsabilidades técnicas del Directorio del FMI al otorgar un crédito depredador para el país».
Ese acuerdo dejaba estos nuevos vencimientos (Por año, en millones de dólares, sumando privados y FMI y tomando solo 4 periodos presidenciales)
2020/22 | 2023 | 2024 | 2025 | 2026 | 2027 | 2028 | 2029 | 2030 | 231 | 2032 | 2033 | 2034 | 2035 |
0 | 4.136 | 3.941 | 2.936 | 6.577 | 10.459 | 12.788 | 14.176 | 15.535 | 14.877 | 13.250 | 9.353 | 6.928 | 6.320 |
Si bien en términos nominales, la curva de vencimientos se visualiza mas favorable, no se puede ocultar que la deuda externa, generada por Macri y mal renegociada por el tándem Alberto – Guzmán, sigue siendo IMPAGABLE.
Vuelvo al superávit anual promedio de los últimos 38 años: 5.081.576.000 dólares. Con los cuales, además, hay que atender todas las demandas de la cultura bimonetaria de la sociedad (viajes, ahorro, inversiones, rentabilidades)
La decisión tomada por el gobierno de Macri de volver al FMI tendrá consecuencias socialmente dolorosas en un larguísimo tiempo. Y no puedo caer en el error de poner en el mismo rango de responsabilidad a una mala negociación de la deuda llevada a cabo por Alberto con la decisión totalmente innecesaria e irracional de endeudarnos tomada por la alianza PRO-UCR-CC/Ari.
El FMI construye un verdadero laberinto de Creta, donde los que entran no pueden salir. Pero no podemos como pueblo caer en la resignación. Si bien la nefasta presencia del Fondo es inevitable (por lo menos hasta saldar la deuda como hizo Néstor en 2006), tenemos la posibilidad de tomar medidas económicas que permitan aligerar esa pesada carga que se desplomará sobre nuestras espaldas: reforma impositiva, control estricto sobre el comercio exterior, recuperación del Paraná, desarrollo de sustitución de importaciones, administración de las importaciones, recreación de las Junta Nacionales tanto de Carne como de Granos, potenciar a YPF Agro como empresa testigo del comercio exterior, por nombrar lo primero que me viene a la mente.
Pero antes hay una tarea fundamental que debe ejecutar un gobierno nacional y popular: poner en conocimiento de la sociedad la responsabilidad de los tomadores de deuda, la identidad de los beneficiarios de esa deuda, y revelar todo entretelón existente para que el pueblo argentino pueda expresar su castigo social y político a esas personas, ya sean física o jurídicas.
El pueblo argentino ya dio un NUNCA MAS a las dictaduras.
Ahora debemos dar un NUNCA MAS al endeudamiento que beneficia a una elite y castiga con hambre y miseria a la mayoría de nuestro pueblo.
Y termino con palabras que no son mías: «En el fondo de la puja con los sectores minoritarios que metieron a la Argentina en el chaleco de fuerza de la deuda, una constante hasta la actualidad de nuestra historia, hay una batalla cultural que dar para que la mayoría de la población adquiera una verdadera conciencia de este hecho, lo que supone reforzar en primer lugar la identidad nacional, que es lo que nos va a permitir negociar lo que se necesita afuera con una perspectiva diferente a la que nos ofrece nuestro pasado». (Mario Rapoport)