
Comenzamos a transitar un camino que nos lleva a un nuevo ciclo de esta democracia simulada, cargada de harapos, generadora de una profunda insatisfacción en una gran mayoría de la sociedad argentina. Con el agravagante que esa insatisfacción, generada por los últimos dos periodos presidenciales completados por gobiernos de distintas (¿distintas?) vertientes ideológicas, ha concluido en este tercer periodo presidencial y bañado a la sociedad con un manto de resignación claudicante.
Y la pregunta que nos debemos hacer es si esta democracia simulada y harapienta ¿será nuestro camino eterno, sin alternativas superadoras?
Aclaremos algo antes de empezar: no vengo del futuro, no me acompañan fuerzas residentes en el cielo ni tengo una hermana tarotista que me permitan visualizar, antes que el resto de los mortales, lo que viene. Solo tengo una conciencia nacional y una procedencia popular las que, apuntaladas por la memoria histórica, se han convertido en convicciones personales. Y eso es lo que voy a expresar con este escrito.
Entonces descarto autopercibirme futurólogo, lo que no impide predecir lo que va a pasar, por una simple razón: ya pasó
Y visualizando esas consecuencias y su génesis, podemos también expresar lo que debería pasar para salir del camino que nos obliga a transitar una democracia simulada y harapienta.
Comencemos.
La política es el escenario donde confrontan los intereses económicos con el objetivo de controlar el Estado, toda vez que el Estado, con sus atribuciones legislativas y coercitivas, establece el sentido de las relaciones económicas, las que terminan dando forma a la estructura social.
No tengan dudas que esa estructura social que hoy tenemos, pobreza, indigencia, informalidad laboral, perdida de derechos, es la consecuencia de esa política que ha materializado esta democracia simulada y harapienta.
¿Cuáles fueron las causas que nos llevaron a esto? Para encontrar respuestas debemos conocer a los principales actores que actuan en ese escenario pòlítico.
LOS ACTORES PRINCIPALES DE LA POLÍTICA
En la política argentina se mueven seis actores principales: cinco corporativos y uno colectivo.
Las corporaciones son las económica, la comunicacional, la judicial, la política y la sindical y el sexto actor es el colectivo pueblo, depositario de la soberanía política.
El accionar conjunto de estos actores son los que van transformando poco a poco el sistema democrático en un régimen autoritario con aristas neo-fascistas, como pareciera ser el objetivo buscado por ese accionar.
Lo primero que debemos destacar es que, de esos actores políticos nombrados, el de mayor capacidad política y dueño del poder político originario, es el pueblo. (Ver «La relación de fuerzas en política», 30/10/22). Un pueblo que hoy expresa ese poder como una resignación claudicante, consecuencia buscada de esta democracia simulada y harapienta a la que está sometido.
Y ese sometimiento es legitimado, por acción u omisión, por vastos sectores de la población. Por su ingenuidad, por su indolencia o por su ignorancia.
Características que son originadas en esos sectores por el accionar conjunto de los actores corporativos.
Veamos cómo.
EL ACCIONAR POLÍTICO DE LA CORPORACIÓN ECONOMICA
La corporación económica, unida en el llamado Poder Económico, no es otra cosa que la vieja oligarquía agraria del Bicentenario, hoy diversificada en distintas actividades económicas que monopolizan, junto a sus socios extranjeros.
Son los autores y beneficiarios exclusivos del modelo de país basado en el extractivismo y exportación de recursos naturales, lo que les permite manejar el caudal de entrada y divisas de un elemento critico parala economía argentina: el dólar.
Para eternizar este modelo de país necesitan borrar, desaparecer, exterminar, vocablos que usan indistintamente, todo rastro, memoria y presencia de un modelo situado en las antípodas del que proponen por sus contenidos nacionales y populares.
Ya olvidado de utilizar a las fuerzas armadas como herramienta opresora, hoy al poder Económico le basta con sacar la manada de comunicadores activados en campaña de crear sentido en la población, sacar a sus políticos colonizados a gritar que hay que defender la democracia, la república, la libertad y la honestidad contra los ataques del «populismo», instruir a jueces y fiscales para que entren en operaciones investigando y procesando a todo aquel que se oponga a sus designios y recordándole al espacio sindical que para mantener sus prebendas debe ignorar las necesidades de sus representados. Va de suyo que teniendo subordinadas a estas corporaciones ¿quién necesita de los generales, brigadieres y almirantes como antaño?
Solo hay que ponerlas a trabajar.
LOS PARTICIPES CONNIVENTES ¿ASALARIADOS?
La corporación comunicacional, hegemonizada por el Grupo Clarín y sus satélites, es la encargada de potenciar esa ingenuidad, indolencia o ignorancia en la sociedad, ya sea divulgando falsedades que convierten en verdades con su repetición 24×7, ya sea ocultando realidades, y así construir fantasías comunicacionales con impacto decisivo en la conducta político del pueblo. Un claro ejemplo de la función que cumple esta corporación se hizo público con la conducta del «periodista» Jonatan Goldfard, alias Joni Viale, en su amañada entrevista al presidente sobre la criptoestafa que Milei ayudo a crear. Esto debería bastar para exponer el rol que el Poder económico le adjudica a la corporación comunicacional, pero no nos podemos olvidar que convirtieron un suicidio en un asesinato y a Aníbal Fernández en «La morsa» días antes de una elección decisiva en la provincia de Bs AS. No voy a hacerles perder tiempo nombrando a quienes son los individuos que fungen de terminales comunicacionales del Poder Económico, porque basta con decir que todos y todas revistan en los planteles de Clarín, La nación, Infobae y sus satélites del interior del país.
La corporación judicial, también conocida como la Familia debido a las características IUS SANGUINIS o IUS AMICITIA que deben reunir los ingresantes o ascendidos, tiene un accionar potenciado en servidumbre al Poder Económico, ya que aparte de contribuir al sometimiento social, al ser un poder del Estado es generador de la Republica mutilada. Desde los integrantes de la Corte Suprema hasta los jueces «4 de copas» en la escala jerárquica de la judicatura, pasando por fiscales caricaturizados por la figura de Stornelli, expresan el total abandono de principios y valores relacionados con el concepto integral de justicia para avalar, desde la institucionalidad de sus cargos, todos los privilegios de sus mandantes, abortando al mismo tiempo toda intención de ponerlos en riesgos. Voy a evitar describir conductas que expresan persecuciones o su contracara de encubrimientos políticos, para resaltar solo los dos mayores mamarrachos surgido desde la cabeza de la judicatura, esto es la CSJN:
a) derogar una ley nacional, atribución que solo tiene el poder legislativo, para adueñarse del Consejo de la Magistratura y así proteger perpetuando en sus cargos a todos los jueces nombrados a dedo por el expresidente Macri.
b) avanzar lenta pero firmemente en convertir de facto con sus fallos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en una nueva provincia, atribución concedida por la Constitución Nacional solamente al Congreso. (Art. 75, inciso 15)
Sobre esto último detengámonos en el bochorno de esta conducta: más allá de sus veleidades de tener Jefe de Gobierno en vez de Intendente y arrogarse designar a su Estatuto Organizativo como una Constitución, la C.A.B.A es un municipio. ¿Se entiende? Un mu-ni-ci-pio con la única particularidad de ser la Capital de la República. Todo comenzó cuando la Corte asumió su atribución originaria, que la Constitución le permite intervenir directamente en casos que involucren a las provincias, solamente a las provincias, A pesar de ello la Corte ha colocado a la C.A.B.A al nivel de una provincia interviniendo en una demanda de C.A.B.A a la provincia de Córdoba, y termina otorgando a un tribunal de justicia municipal la atribución de intervenir como instancia de alzada de fallos de las Cámaras de la Justicia Nacional. (fallo del 27/12/24).
Por último, si tenes esperanzas en el accionar de esta cueva infecta llamada judicatura en la criptoestafa que involucra a Milei, te recuerdo como han tratado el caso Correo de Macri, la estafa de Vicentin al Banco nación, el intento de asesinato a CFK o las irregularidades del megaendeudamiento con el FMI de 2018. Solo eso.
La corporación política tiene su objetivo originario en la representación política de la población, siendo esa representación en función de los intereses del segmento poblacional que decide representar al asumir las potestades legislativas y coercitivas del Estado. Hoy no se puede dudar de la crisis de representación surgida de decisiones tomadas por los referentes de esta corporación: gobernadores, senadores y diputados nacionales, lo que se extiende a los demás niveles de Estado.
Y aquí surge la más clara demostración de democracia simulada. Gobernadores y legisladores son elegidos con un mandato popular surgido del acto electoral. No hay ciudadanos que otorguen el mandato de «cuando asuman hagan lo que quieran». Sin embargo, hacen lo que quieren…lo que quieren sus patrones. Y así comienzan a degradar el sistema político utilizando argumentaciones falsas de toda falsedad, como «hay que dar gobernabilidad», «defender los intereses de mi provincia», «al gobierno hay que darles las herramientas para que gestione», argumentos con que pretenden esconder su subordinación total al poder económico. La conducta de los gobernadores Pullaro, Yaryora, Cornejo, Jaldo, de los senadores Kueider y Vischi, la de los diputados De Loredo, Pichetto y Ritondo, solo son nombres que sirven como referencia del conjunto que deja vigente el DNU 70/23, que avala los vetos presidenciales a aumentar jubilaciones y presupuesto universitario, que entrega nuestros recursos naturales votando el RIGI, que impide la investigación legislativa de la conducta presidencial en la cripto-estafa, y que seguramente permitirá que se siga aumentando la brutal deuda externa con nuevos préstamos del FMI.
Ahora agrego una pregunta: ¿realmente alguien puede creer que las aptitudes intelectuales y políticas de Milei lo pueden convertir en el líder de un movimiento que aglutine voluntades de referentes de distintos espacios políticos? Si la respuesta es NO, se está en lo cierto. Porque quienes lideran y aúnan esas voluntades es el Poder Económico, del cual Milei es solo el mascaron de proa.
La corporación sindical representa al colectivo de trabajadores sindicalizados de las distintas actividades económicas desarrolladas en el ámbito privado como estatal. Históricamente se utilizan rasgos distintivos para definir dos grandes sectores dentro de esa representación sindical: “dialoguistas” y “combativos”.
En realidad, las diferencias existentes quedan embretadas por la lejanía o la cercanía que las cupulas sindicales tienen respecto a los intereses de sus representados. Y la cercanía con los intereses de sus representados impide que el sindicalismo se convierta conceptualmente en un gestor de salarios y condiciones de trabajo. Porque los intereses de los laburantes exceden el marco de salarios y condiciones de trabajo. Los intereses de los trabajadores se expresan en las condiciones de vidas dignas a la que aspiran. Y para ello se necesita que estén incluidos en un proyecto político de país. No es casual que el mayor protagonismo político del sindicalismo argentino fue cuando expresaron ese proyecto de país en los documentos de La Falda (1957), Huerta Grande (1962), El Programa del 1º de Mayo (1968) y los 26 Puntos para la Unidad Nacional (1986). Es innegable que un importante sector del sindicalismo la única cercanía que manifiestan hoy es con los privilegios del Poder Económico, comportándose como una plantilla de asalariados.
EL AVISO DE LA MEMORIA HISTORICA (que no es futurología)
De mantenerse la situación creada por este régimen engendrado desde el accionar corporativo, el destino que nos aguarda me lo dicta la memoria histórica, sin haber vuelto del futuro, sin la ayuda de las fuerzas del cielo ni de tarotista alguna: Un destino que, ya anunciado por ese hombre pequeño, sociópata y fabulador a cargo del Ejecutivo, es el país del Bicentenario, con la oligarquía viajando a Europa llevando vacas en el barco para tomar leche fresca durante el viaje y las mayorías populares viviendo la situación miserable que describía Bialet Massé en su ‘Informe sobre el estado de las clases obreras en la República Argentina’
Un país gobernado por los designios de esa minoría oligárquica llamada Poder Económico, designios que serán promocionados por la corporación comunicacional como las fuentes de las nuevas bienaventuranzas para la sociedad, futuras, siempre futuras, reglamentados por la corporación política en poder del Estado, asumidos como propios por la corporación sindical y custodiados como fieles cancerberos por un Poder Judicial omnímodo que, convertido en un supra-gobierno de jueces. supervisará y corregirá las decisiones tomadas desde los otros poderes, castigando toda herejía, y así realizar el sueño húmedo de la oligarquía nativa y sus socios extranjeros: eternizar ese modelo de país, aplicado después de Pavón, pero sin las interrupciones molestas de los «populismos», como el yrigoyenismo o el peronismo.
FINAL INCONCLUSO
Ahora bien, llegado a este punto del escrito, no quiero agotar la capacidad de lectura de quienes me honran leyendo estas opiniones.
En pocos días continuo con el sexto actor político y como creo que debemos generar una alternativa a esta democracia simulada y a esta república mutilada surgida del colonialismo corporativo.
Hasta pronto y abrazos.
Les dejo la canción que escuche mientras revisaba este escrito.
Metele con el sexto actor político.
Buena la musiquita!!
Esta en producción.