ES LA ECONOMÍA, ESTUPIDO (epílogo: precios, puja distributiva y el cuento de la buena pipa)

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Ha llegado el momento de cerrar la saga «Es la economía, estúpido» relacionando las dudas expresadas en las anteriores opiniones y el verdadero centro de gravedad actuante sobre el problema económico que recurrentemente golpea a las mayorías populares de nuestra sociedad: el aumento de precios, lo que nuestros poseedores del saber económico llaman inflación.

Arranquemos.

En las entradas anteriores he argumentado sobre el porque de mis dudas generadas por el discurso y las afirmaciones de quienes ostentan ser los poseedores del saber económico, muchos de ellos arrobados en un título de grado. He expresado mi desconfianza sobre el «orden macroeconómico» que priorizan, la necesidad de «crecer para (re)distribuir» y las explicaciones sobre las «multicausalidades» de los aumentos de precios, ya que entiendo que todas esas argumentaciones, en su gran mayoría, tienen como objetivo crear un sentido social que favorezca al Poder Económico. Y revestido con un lenguaje técnico busca hacerlo misterioso, inaccesible e inentendible, para ocultar que alguien nos está robando.

He dejado para este cierre del ciclo económico una de las causales mas difundida desde el mas rancio conservadurismo económico: los salarios son culpables de los aumentos de precios.

Mi concepción de la actividad política me lleva a definirla como el campo donde se dirimen los intereses económicos. Y esos intereses económicos no son otra cosa que la apropiación de la riqueza generada por la actividad económica desarrollada por la sociedad.

Marx expresaba esta idea como la apropiación que el capitalismo hacia de la plusvalía generada por los trabajadores, dando origen a lo que llamaba «la lucha de clases».

En lenguaje y concepción peronista, la apropiación de esa riqueza generada socialmente debe ser dirigida hacia la justicia distributiva, la que se encarna en una de las tres banderas peronistas: la justicia social. Y esa justicia distributiva da lugar a la puja distributiva entre capital y trabajo.

Habiendo llegado hasta acá, necesito dejar en claro dos cosas sobre lo expuesto en el párrafo anterior. La primera es que el «capital» se corporiza en el Poder Económico, que metafóricamente he llamado «los Dueños» en mis ultimas intervenciones pero que en realidad es la vieja oligarquía modernizada y diversificada (¿se entiende por que la marchita dice «combatiendo al capital?), y que el trabajo hace referencia a la clase trabajadora, incluyendo a los trabajadores/as en estado pasivo. La segunda es que la puja distributiva hace referencia al reparto de las ganancias producidas socialmente en cada actividad del sistema económico nacional.

Dicho esto, y como las ganancias y la masa salarial son parte constitutivas de los precios, podemos inferir que la puja distributiva se da en el campo de la formación de precios.

Y les recuerdo como se conforma un precio: P (precio) = C (costos) + I (impuestos) + G (ganancia empresarial)

Ahora bien, cuando los poseedores del saber económico te hablan de costos que impactan en los precios, se refieren a los costos del bien o servicio producido y todavía dentro del emprendimiento. En otras palabras: en puerta de fabrica.

Así sesgan el análisis hacia el costo de producción, y esta bien que así sea. Pero cuando ese bien o servicio producido llega a las góndolas no llega con el costo de producción. Llega con el precio. Y ese precio trae incorporado un elemento sobre el que esos poseedores del saber económico no quieren hablar cuando explican el aumento de precios, (para ellos inflación): la ganancia empresarial.

Conclusión: el precio que pagamos por nuestros consumos significa que estamos pagando los costos, los impuestos y también la ganancia empresarial.

Abro paréntesis: [Escuchamos hasta el cansancio que se relacionen los gastos de la política y del Estado con la frase «es con la nuestra». Ahora bien, preguntemos ¿Cómo formaron sus suntuosas fortunas los Rocca, los Magneto, los Galperín, los Pagani, los Saguier et al? ¿Con su inteligencia, esfuerzo y dedicación? Jodeme!!! La formaron con las ganancias incluidas en los precios de lo que venden. Y como lo que venden lo compramos nosotros pagando un precio, que ellos ponen, les digo que esa fortuna también «es con la nuestra».] Cierro paréntesis.

Entonces vayamos a la puja distributiva que se da en la formación de los precios.

Un empresario de apellido Piedra decide fabricar «cuchuflitos». Hace la cuenta de todos los elementos, materia prima, servicios e impuesto que debe pagar para fabricar un «cuchuflito» y tiene el costo de un «cuchuflito». Pero eso no es el valor de un «cuchuflito», ese es el costo X de los elementos en bruto que, todavía no son un «cuchuflito». Son los elementos que van a permitir elaborar un «cuchuflito». Ahora para que esa masa de elementos en bruto den forma a ese «cuchuflito» que se quiere fabricar ¿Qué hace falta?. Hace falta trabajo.

Trabajo que aporta un laburante. Y que hay que retribuir económicamente. Y no puedo ser infiel a mi ideología y reconozco que también hay que retribuir económicamente los aportes y las gestiones de don Piedra. Entonces, sumando los costos X, mas las retribuciones al trabajo y al aporte y gestión empresarial, el empresario fabricante de «cuchuflitos» decide que el precio será de X + 100.

Y primer tema a quedar en claro: el precio lo decide el empresario, no el trabajador, no el Estado, no el Espíritu Santo, no. El empresario es el formador del precio de lo que fabrica y/o distribuye y/o vende.

El segundo tema es como se reparte esos + 100 contenido en el precio. Y aparece la puja distributiva.

Los trabajadores tienen en sus manos el poder político que les da su organización sindical. El empresariado cuenta con el poder, muchas veces extorsivo, de decidir sobre los puestos de trabajo. Pero fundamentalmente tiene el poder de formador de precio. Y lo ejerce en función de sus apetencias de riqueza. Si con ese paradigma empresarial, el objetivo es distribuir ese + 100 de riqueza generada como 30 al trabajo y 70 al capital, pero el poder sindical logra aumentar su retribución a 40, el empresario no cede en su objetivo de acumulación y para mantener sus 70 el precio del «cuchuflito» ahora será de X + 110.

Ah, pensará algún lector, entonces es verdad que el aumento de salarios hace que aumenten los precios. No. No es verdad.

Eso es parte del discurso pro Poder Económico de los poseedores del saber económico. Porque si el salario es un costo, las ganancias empresariales también son un costo en el precio que pagamos «con la nuestra».

La verdad es que la relación salarios/ganancias que se da en los precios es producto de la puja distributiva sobre como se distribuye el excedente de ingresos generados socialmente.

Y como desde 2015 no tenemos un Estado interviniendo en esa puja distributiva con una política de precios y salarios, te recuerdo como esta funcionando la puja distributiva durante el periodo Macri-Fernández-Milei, con este cuadro elaborado por la gente de M.A.T.E.

Así se esta repartiendo ese + 100 con el cual simbolice la retribución al capital y al trabajo en el precio de un «cuchuflito».

Entonces, resumiendo lo dicho en la saga que hoy termino, convierto dudas en aseveraciones:

  • no es verdad que la macroeconomía este ordenada
  • no es verdad que para (re)distribuir el ingreso haya que crecer primero.
  • no es verdad que las ganancias empresariales no sean responsables en el aumento de precios.

Esto si es verdad 

«En economía no hay nada misterioso ni inaccesible al entendimiento del hombre de la calle. Si hay un misterio, reside en el oculto propósito que puede perseguir el economista y que no es otro que la disimulación del interés concreto al que sirve». (Jauretche)

Y esto también es verdad

«Cuando usted no entiende una cosa de economía, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende, es que están tratando de robarle’” (Scalabrini Ortiz)

Que esto nos permita tomar decisiones políticas que rompan el bucle histórico en que transcurre nuestra vida como sociedad.

Entonces habrá que dejar de lado el título «Es la economía, estúpido» y reemplazarlo por otro que diga «Es la política, estúpido»

Abrazos y hasta pronto.

Les dejo la canción que escuche mientras revisaba este escrito

POSDATA: Para evitar otro engaño económico con el tema del «fifty-fifty» digo esto. Ese «mitad y mitad» pronunciado por Perón en 1973 es solo una frase de circunstancias dichas en el contexto económico dejado por la dictadura de Onganía/Levingston/Lanusse. La justicia distributiva es mucha mas amplia que ese «fifty-fifty y nunca la doctrina peronista la exhibe como limite para la justicia social. Como se podría hablar de justicia social si el 50% de la riqueza generada socialmente se la lleva el 5% de las familias y el otro 50% se reparte entre el 95% restante.


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