EL SEXTO ACTOR (dos paradas antes del fascismo)

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En esta entrada doy continuidad y final al posteo anterior ¿Haciendo Futurología? refiriéndome al sexto de los actores políticos en nuestro país y expresando mi respuesta a la pregunta que deje planteada sobre «si esta democracia simulada y harapienta ¿será nuestro camino eterno, sin alternativas superadoras?»

Antes de empezar déjenme aclarar brevemente el entre paréntesis del título. Está relacionado a lo ocurrido el miércoles 12 de marzo y se refiere a que cuando la resistencia de las mayorías populares vuelve a renacer, retoma su conciencia política y sus caminos de luchas históricas, es cuando un gobierno de derecha tiende a transformarse en fascismo ya que, al no poder justificar más la injusticia de su sistema económico, entonces recurre al terror.

Ahora, sabiendo que Todos Somos Pablo Grillo, empecemos.

Desde aquel posteo en que me refería a que el año 2023 llegaba con los harapos de la democracia a cuesta, ustedes habrán encontrado otras entradas donde me refería al iceberg que visualizaba en nuestro futuro, las dudas sobre la representación de los intereses nacionales y populares, hasta llegar a definir el sistema en que estamos inmersos como una democracia harapienta y simulada y una república mutilada.

El sistema político tiene como objetivo conformar un gobierno que, respetando la Constitución, sea representativo republicano y federal.

¿Representativo, republicano y federal? Asegurar esto es joda.

La verdad, que nunca es triste, lo que no tiene es remedio, nos dice que a pesar de «quienes, y para que» votamos, los tres poderes del Estado representan sin lugar a dudas al Poder Económico, corporación autora y conductora de las políticas ejecutadas por sus corporaciones subordinadas. Con los tres poderes colonizados totalmente, con el puertocentrismo ejercido desde esa ciudad con veleidades de provincia y que es el asentamiento territorial de las principales sedes corporativas y sin el contrapoder de una inexistente división de poderes, la simulación democrática y la mutilación de la República son una realidad inocultable.

EL SEXTO ACTOR

Ahora bien, esos gobiernos que hemos sabido conseguir, (i)representativos, (anti)republicanos y (anti)federales tienen su origen en las conductas ciudadanas que tienen su poder «…en el ejercicio de los derechos políticos con arreglo al principio de la soberanía popular...» (Art. 37 CN).

Desde 1947, cuando el primer gobierno peronista instauro el voto femenino, y exceptuando los 18 años de proscripciones y el periodo 1976/83 de la genocida dictadura del Proceso, la soberanía popular se ejerció sin lugar a dudas. Disminuida a simples actos electorales, ya que votar no es la única forma de ejercer esa soberanía, y con alguna que otra pueblada, pero se ejerció. Punto.

Entonces deberíamos hacernos cargos que los integrantes de la corporación política que regulan con sus decisiones el accionar de las corporaciones comunicacionales, judicial y así sostener los privilegios de la corporación económica no surgen de un repollo. Son generados por el ejercicio de la soberanía popular que detenta ese sexto actor, que es el pueblo.

Dicho esto, y considerando que después de 40 años con ejercicio ininterrumpido de esa soberanía popular, continuamos sufriendo políticas en perjuicio de los intereses nacionales y del bienestar de las grandes mayorías populares, algo estamos haciendo mal como sociedad política.

Así quedaría planteado como una gran incógnita la conducta de un pueblo, en la dimensión porcentual que se prefiera considerar, que sigue votando y tolerando políticas autoritarias, violentas, corruptas, antinacionales y antipopulares que construyen la Argentina actual, muy similar a otras «Argentinas» ya vividas.

Pero esa incógnita no es tan difícil de despejar, salvo que nos subordinemos al argumento de que las conductas políticas de los pueblos forman parte del orden natural de las cosas. Claro que no.

Esa conducta de resignación claudicante tiene una génesis y la debemos plantear, porque el Poder Económico y sus títeres pretenden que la ignoremos: es producto de la ingenuidad, de la indolencia y de la ignorancia producida en gran parte de nuestra sociedad por las insatisfacciones y decepciones producidas por esa democracia simulada y esa república mutilada en la que buscan acostumbrarnos a vivir los actores corporativos de la política, todo bajo el liderazgo de la corporación económica. Nadie nace ingenuo, indolente o ignorante y como decía Sartre «Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros».

No hace falta que detalle quienes son los que hicieron a gran parte de nuestra sociedad ingenua, indolente o ignorante, simplemente recuerden a los actores corporativos de la entrada anterior.

LA ALTERNATIVA QUE SE DEBE EL CAMPO NACIONAL Y POPULAR.

La salida a este laberinto generado por la democracia simulada y la república mutilada solo tiene un camino: una simbiosis entre representados y representantes que debe surgir de un programa de acción política inviolable destinado a lograr la grandeza de la Nación y la felicidad de su pueblo.

Abro paréntesis [Destino que no casualmente se conceptualiza utilizando la conjunción «Y», a diferencia del uso de la conjunción «O» presente en el modelo de país del Poder Económico y su «teoría del derrame»] Cierro paréntesis

Lo primero que debemos internalizar como colectivo nacional y popular es que las banderas históricas del movimiento nacional y popular están indicando ejecutar políticas invirtiendo la ubicación de los términos de esas banderas: solo ejerciendo la Soberanía Política, se logrará la Independencia Económica que permitirá construir la Justicia Social. El espacio político en el que debemos estar integrados como integrantes del campo nacional y popular, y del cual deben surgir los representantes de los intereses nacionales y populares, debe sostener sin claudicaciones esas premisas. Aquel que simule representarlas y no las tenga incorporadas en su discurso y en su accionar, es porque tiene decidido no incomodar a sus patrones del Poder Económico. Va de suyo

Retomo aquí lo que expresaba en la publicación «Las PASO: Milei, derechas y la profecía de EVITA», diciendo que, para volver a enamorar, a esperanzar, a movilizar a las grandes mayorías nacionales y populares, es necesario dejar de lado esas vacías expresiones de deseos sin contenido, tipo «crecer con inclusión», «necesitamos de la unidad», «tenemos que construir una gran fuerza social y política», típicas frases que dejan al descubierto un compromiso electoral con el único objetivo de ganar elecciones.

La construcción de un país desarrollado y una sociedad digna de vivirse para todos y todas no surgirá solamente de la militancia electoralista si no va acompañada de un programa que contenga explícitas propuestas de lo que se va a hacer.

Y que identifique claramente las dificultades que vamos a enfrentar y quienes son los responsables de instrumentar esas dificultades.

Porque para luchar hay que saber para que se lucha y contra quien se lucha.

Entonces para salir de este futuro adonde nos llevan, sin Constitución, sin Congreso, sin Justicia, sin Derechos, sin oposición, sin soberanía popular, donde solo habrá DNU, partido único representando a la corporación económica, represión y exclusión social de las mayorías populares, debemos salir del ruido, las tonterías y las mentiras de la agenda que los actores corporativos nos arman día a día, para poder romper las burbujas de ingenuidad, de indolencia y de ignorancia que nos separan como pueblo.

LA AGENDA NACIONAL Y POPULAR PARA UNA ALTERNATIVA SUPERADORA

Investigar la Deuda Externa: La friolera cantidad de U$S 280.000 millones que debemos los argentinos entre gobierno (U$S 186.000 M) y privados (U$S 94.000 M), deuda que este gobierno busca incrementar con un nuevo acuerdo con el FMI, no nos puede ser indiferente como sociedad por sus consecuentes estragos sobre nuestras vidas y las de generaciones futuras.

Y porque el tema de la deuda es donde mejor se visibiliza el accionar corporativo coadyuvante que nos oprime. Son decisiones de gobierno tomadas por la corporación política las que llevan a un país rumbo al endeudamiento externo, cuyos orígenes irregulares no son investigados por la corporación judicial, con consecuencias sociales y patrimoniales que son ocultadas por la corporación comunicacional, sin tener un solo posicionamiento de la corporación sindical, todo para exclusivo beneficio de la corporación económica, la que logra concentrar más riqueza con una deuda que termina pagando el pueblo. (¿Leyeron el epílogo de «LO QUE SE VIENE»?)

Abro paréntesis [La dupla Alberto-Guzmán renunció a utilizar ante la opinión pública mundial la violación que hizo el FMI de su propio estatuto al otorgar un crédito cuyo monto superaba 8 veces la suma permitida para Argentina, y que, con la imposibilidad para generar dólares genuinos y suficientes para saldar esa deuda, nos convertía en un país insolvente. Esto no podía ser desconocido para el Fondo. Todos, deudores y acreedores, sabían que esa deuda era (es) impagable] Cierro paréntesis.

Lo menos que podemos pretender como sociedad es conocer quienes nos endeudaron, con que fines nos endeudaron, que procedimientos administrativos usaron para endeudarnos y quienes se beneficiaron de ese endeudamiento, ya sea con fugas generadas con evasión fiscal o con bicicleta financiera. (Releer el epílogo de «Hablemos de lo que se viene»). Lograr que esta investigación culmine en condenas penales, si lo amerita, y/o en unánimes condenas sociales, sería la forma de evitar a futuro la condena de una deuda eterna y de que vuelva a ocurrir la barrabasada de que un Caputo, ministro de Milei, busque endeudar más al país para solucionar la deuda que contrajo el mismo Caputo, ministro de Macri. En palabras más claras todavía: que no nos sigan agarrando de boludos y boludas.

Derogar el DNU 70/23, las facultades delegadas, la ley 26.122 y el RIGI.

Todos estos instrumentos mencionados colocan a la Argentina en el submundo de un sistema político pervertido. Permitir la vigencia de un Decreto presidencial con fuerza de ley, que para eludir el proceso de aprobación por las dos cámaras que establece la Constitución para la sanción de una ley recurre a falaces argumentos de necesidad y urgencia, es una inmensa aberración jurídica materializada en la ley 26.122, El mismo nivel aberrante tiene el DNU 70/23, con el cual el gobierno de los hermanos Milei se permite destrozar el orden jurídico auto-facultándose atribuciones legislativas prohibidas por la Constitución, a las cuales se suman las facultades delegadas por el Congreso en la ley 27.742 (la llamada ley Bases). Ley que, entre otras cosas, contiene la simple y llana entrega de nuestros recursos económicos en el llamado Régimen de Incentivos para Grandes Inversores, agregando la delirante auto proscripción que el propio Congreso se hace de su facultad para modificar sus propias legislaciones (Artículo 165, segundo párrafo).

La derogación de todas estas aberraciones son condiciones que impone un país serio que quiere dejar de ser un «paisito bananero»

Restituir la Ley de Medios Audiovisuales.

Las limitaciones que imponía la Ley de Medios Audiovisuales al crecimiento de la hegemonía comunicacional que detentaban algunos grupos de medios, en especial el Grupo Clarín, fueron modificadas por el DNU 267/15 de Macri. Limitar el puertocentrismo comunicacional de los medios hegemónicos redunda en combatir la capacidad de hegemonizar la creación de sentido en la sociedad manipulando, alterando u ocultando información con la cual nos arman esa agenda de ruidos, tonterías y mentiras conque colonizan nuestras voluntades.

Reforma Judicial.

El poder judicial es la corporación más colonizada por el Poder Económico y responsable de la mutilación republicana. Comodoro Py y la Corte Suprema jugando a ser un suprapoder a través del «gobierno de los jueces» son la caricatura de un Poder Judicial serio y respetado. Por eso urge una reforma que comience por lo más alto de la cúspide creando una Corte Suprema Constitucional y ampliar la composición de la Corte Suprema de Justicia, buscando una forma de designar jueces relacionada con la voluntad popular y no con las componendas de la corporación política en el Senado.

Abro paréntesis [La CSJN es un tribunal de justicia sin que se encuentre en ninguna norma la atribución del control constitucional. En términos generales el sistema constitucional argentino tuvo como fuente principal el derecho norteamericano y no hizo salvedades respecto a la atribución judicial de controlar la constitucionalidad de las leyes. Fue esta falta de previsión normativa la razón por la que fue la misma Corte Suprema la que lo creo con su propia jurisprudencia. Así como no hay testimonio Constitucional que delegue este control constitucional en la actual Corte Suprema, tampoco existe testimonio constitucional alguno que prohíba creer una Corte Constitucional, restituyendo a la Corte de Justicia sus funciones de administración de justicia.] Cierro paréntesis.

Con esta agenda, internalizada en la conciencia política del pueblo y asumida irrenunciablemente por los representantes elegidos, pondremos el límite entre la representación de los intereses nacionales y populares con la representación de los intereses anti-nacionales y anti-populares. Empezaremos a recorrer otro camino, y digo «empezaremos», porque con esto solo no lograremos el país y la sociedad buscada. Solo comenzaremos a corregir desviaciones de la democracia simulada y de la república mutilada debilitando el poder de fuego de las corporaciones que fungen de operadores políticos del Poder Económico.

Debilitados sus esbirros políticos, comunicacionales y judiciales, luego llegará la hora de debilitar al Poder Económico y así comenzar a librarnos del colonialismo corporativo que nos oprime.

Y recuerdo: cuando alguien nos jode una vez, es culpable el que te jode. Si ese alguien nos vuelve a joder, es porque somos todos boludos.

POST DATA: Yo sé que notas relacionadas con temas de la economía no gozan de la mayor preferencia, pero habrá que cambiar de actitud para poder acercarnos a la verdad de la milanesa, porque partiendo de la base que la política es el escenario donde confrontan los intereses económicos, podemos utilizar la frase que instaló James Carville, en la campaña electoral de Bill Clinton de 1992.

ES LA ECONOMÍA, ESTUPIDO

Con eso volveremos

Abrazos y hasta pronto.

Les dejo la canción que escuche mientras revisaba este escrito


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