
Cuando titulé un posteo como «EL AÑO QUE ESTAREMOS EN PELIGRO», expresaba mi preocupación por el escenario político-económico-social que se avizoraba y advertía sobre acciones premeditadas que buscarían comportamientos sociales que nos podían confirmar lo que pretendí expresar con ese título: que el proceso electoral podía convertir al 2023 en el año que nos ponía en peligro.
Cuando ese proceso electoral entra en su etapa definitoria, el peligro nos acecha cada vez mas cerca. La resolución que demos como sociedad a ese proceso será lo que defina el futuro que nos espera como comunidad. El peligro dejará de ser una posibilidad futura para hacerse realidad o lo habremos despejado. Para esto último, tiempo tenemos.
Desde hace 18 meses la sociedad argentina sufre un ataque desatado por el Poder Económico buscando destrozar las capacidades electorales del oficialista Frente de Todos, hoy devenido Unión por la Patria. Esto es, fundamentalmente, condicionar la voluntad popular instalando la imposibilidad de gestionar un proyecto político que contemple intereses nacionales y populares. A esto me referí en el posteo «LA CRISIS BUSCADA» (27/7/22), del cual solo repetiré las frases finales: «La Historia nos va marcando que no hay ancha avenida del medio. Hay un camino que es de Ellos y otro camino que es el de Nosotros. Y tenemos que esforzarnos para que un sector de Nosotros deje de transitar el camino de Ellos».
[Ya doy por sobreentendido que con el Ellos identificamos al Poder Económico, adueñado, a través de sus terminales, de todos los resortes que impactan sobre la vida diaria de los argentinos y argentinas. Y que, obviamente, el Nosotros comporende a todos quienes formamos parte del campo nacional y popular. Incluyendo incluso a aquellos que no se perciben como tales, y que seguramente son los Nosotros transitando el camino de Ellos.]
Retomando lo expresado en aquel post, debo reconocer mi falta de capacidad para anticipar que un personaje marginal, en aquel entonces, lograría la centralidad política actual. Me refiero a Milei, de quien compramos la caricatura de un gritón, despeinado y enajenado, sin visualizar que se transformaría en la nueva terminal política de ese Poder Económico,
Milei representa los mismos intereses que el hoy barranca abajo Juntos por el Cambio. Ambos espacios políticos, con matices, son los ejecutores del nuevo Estatuto del Colonialismo. Para convertirnos en un Estado Asociado de la Unión, esa de la bandera de las 13 barras y las 50 estrellas, unos pergeñaron la criminal sumisión económica al Fondo Monetario Internacional y el otro le agregaría a esta sumisión la entrega de la soberanía monetaria a la Reserva Federal. En lo que no se diferencian es en destruir el Estado para que a sus patrones, los dueños de las finanzas y la producción, nadie le imponga límites económicos, financieros, ambientalistas y laborales.
TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO
Para comprender.
Esa comprensión será el escudo que nos protegerá de ese peligro que nos acecha.
Comprender de quienes es la responsabilidad de la situación actual que agobia a millones de compatriotas.
Comprender como se conjuga la responsabilidad de la sociedad civil con la responsabilidad de la clase política que actúa en función de los intereses que representa.
Comprender que los males del pais no son por las falsas opciones entre proyectos antepuestos en cuanto a «democracia o autoritarismo», «republica o populismo», «corrupción u honestismo», «estado o mercado».
Comprender que la verdadera opción a resolver es entre dos proyectos de país: por un lado el que mantiene los privilegios del Poder Económico a través de sus terminales amaestradas (políticas, mediáticas y judiciales), devastando derechos y bienestar socio-económico de las clases medias y bajas y por el otro el que conjuga los intereses nacionales con una sociedad equitativa y justa.
Comprender que la Argentina no «es un país de mierda» para identificar a quienes tratan de hacer mierda a la Argentina.
Comprender que el odio, la frustración y la desilusión no son buenas motivaciones para las conductas políticas como si lo son la racionalidad y el sentido social y nacional.
Comprender que Nosotros no podemos ser arriados para el camino de Ellos.
Entonces vamos, levantemos ese escudo protector. y vayamos a escribir nuestro futuro. Un futuro en donde no tenga cabida el peligro que nos amenaza.