
Poco a poco, en los días que faltan para la elección presidencial, la voluntad popular se va formateando, y quizás lo haga de un modo diferente a lo expresado en las P.A.S.O. A esa expresión electoral de la voluntad ciudadana en construcción, la podemos representar como una moneda en el aire que, al caer sobre una de sus dos caras, definirá quienes ganan y quienes pierden en esa contienda electoral. Pero ese «quienes ganan y quienes pierden» no lo estoy refiriendo a las identidades partidarias. Lo refiero a un continente mucho mas amplio que ese: es el colectivo social el que importa.
Eso hace necesario comenzar por el principio, porque el discurso político está tan bastardeado que, desde el barro en que se encuentra, obliga a recordar cosas tan elementales que creíamos que «las sabíamos todos».
Empecemos,, entonces, por el principio.
LA POLITICA
Empecemos por algo simple, pero no siempre asumido con claridad.
Mucho de esta falta de claridad en la comprensión social de la política se debe al discurso dominante que se derrama permanentemente desde las usinas ideológicas disfrazadas de medios de comunicación.
La política es el terreno donde se dirimen los intereses económicos de los distintos sectores que conforman una sociedad.
El instrumento que busca la política para resolver esos intereses en pugna es el Estado. Es ese poder que el Estado ejerce, a través de sus facultades normativas y de coerción, lo que permite normatizar las relaciones economicas de una sociedad. Y asociado en forma biunívoca, se construye la estructura social, configurada desde esas relaciones economicas. Digámoslo con simpleza: desde el Estado se construye un modelo socioeconómico, determinado por quienes ejercen el poder estatal.
Entonces el Estado no es el arbitro neutral ni tampoco imparcial ante los intereses de cada sector social. Por el contrario, actúa en función de los intereses de quienes han triunfado políticamente. Y cada espacio político defienden intereses. Veamos cuales son esos intereses representados en este proceso electoral.
LOS INTERESES A DIRIMIR.
Los diversos estamentos en que se divide nuestra sociedad, con sus intereses particulares, quedan subsumidos claramente en dos colectivos: Poder Económico en un lado y campo nacional y popular en el otro. Y son los intereses económicos de esos dos colectivos, y la consecuente sociedad que se construye desde esos intereses lo que está en juego.
[Ya he definido en entradas anteriores lo que considero la composición del campo nacional popular y me he atrevido a cuantificarlo como el 70% de la población argentina. Esto es excluyendo a las 5.000 familias del poder Económico, sus servidores y a los irredentos Tíos Tom de nuestra sociedad]
Esos colectivos son los que sostienen los dos modelos socioeconómicos enfrentados históricamente, desde la propia transformación de Virreinato en Patria.
Dos modelos, de allí la representación de la moneda con dos caras.
No hay más que dos.
No pierdan su tiempo buscando otra cosa: son dos modelos. Con matices, con distintos actores, pero dos modelos. Solamente.
Y expresando intereses contrapuestos, irreconciliables. Imposibles de unificar.
Para expresar con claridad los dos modelos socioeconómicos que se definen el 22 de octubre, me he permitido elaborar una síntesis de un resumen documento elaborado por los economistas Santiago Fraschina y Pablo Ferrari («Frente al colonialismo neoliberal, el modelo económico justicialista«), advirtiendo que al resumirlo cambio eso de «justicialista» por «peronista»
[La palabra justicialista me emparenta con los pejotismo que bastardean el peronismo con aquello de «desmilanesar la milanesa y seguir llamando milanesa al bife que queda].
CARACTERISTICAS | MODELO PERONISTA (Campo nacional y popular) | MODELO NEOLIBERAL (Poder Económico) |
Política de ingresos | Progresivo, el ingreso se distribuye hacia las mayorías populares | Concentración en las cúpulas empresarias y financieras |
Políticas de crecimiento | La demanda agregada y el mercado interno | Exportaciones y valorización financiera. |
Políticas industrial | Industrialización, agregado de valor a las materias primas y sustitución de importaciones. | Desindustrialización, exceptuando a las de consumo masivo o con perfil exportador. |
Política económica | Intervención del Estado para distribuir las rentas extraordinarias hacia toda la sociedad | Interviene, o deja de hacerlo, para garantizar los intereses del Poder Económico |
Política laboral | Fortalece al movimiento obrero creando empleo industrial y sosteniendo las paritarias para elevar el poder adquisitivo de los salarios. | Desempleo, perdida del poder adquisitivo y reformas flexibilizadoras de la actividad laboral. |
Política exterior | Modifica el rol de productor de materias primas y consumidor de bienes industriales importados, buscando una integración multipolar. | Profundiza la relación subordinada a los intereses geopolíticos de las potencias de Occidente y al poder financiero internacional |
Beneficiarios | Trabajadores, jubilados y sectores empresariales orientados al mercado interno | La elite empresaria que concentra producción y comercialización de bienes de consumos, las exportaciones y el sistema financiero. |
Si dejáramos de lado la pereza intelectual con que gran parte de nuestra sociedad cree que su formación histórica y política esta completada a través del consumo de medios audiovisuales, escritos o redes sociales, no se podría negar que el modelo neoliberal ha regido la sociedad argentina desde Mitre y su victoria en Pavón hasta nuestro días, con la tibias interrupciones de Yrigoyen e Illia y los proyectos transformadores de los periodos 1946/1955 y 2003/2015. Y todo argentino y argentina mayor de 30, con la vivencia de haber experimentado las diferencias entre el modelo neoliberal de Menem/De la Rúa/Macri y el modelo nacional y popular de Néstor/Cristina pueden atestiguar sinceramente, sin recurrir a la falacia, quienes ganan y quienes pierden en términos sociales.
GANADORES Y PERDEDORES
No pueden quedar dudas que en una elección presidencial los que ganan o los que pierden no pueden interpretarse con la visión reduccionista de las siglas partidarias, Los que ganan o pierden son los sectores sociales cuyos intereses quedan incluidos o excluidos del modelo socioeconómico que representan esas siglas partidarias.
Modelos que en su ejecución llevan definidos ganadores y perdedores. Uno con políticas que al expresarse en la distribución de ingresos hacia la masa de salarios y jubilaciones —-> aumento en el consumo de bienes y servicios —-> incremento de la producción bienes y servicios —-> mayor número de empleos —-> nuevo aumento de masa de ingresos populares —-> impulsa una nueva vuelta de ese circulo virtuoso y sitúa como ganadoras a las mayorías nacionales y populares, o el otro que, concentrando las riquezas en formadores de precios de bienes y servicios, en el extractivismo exportador y el sistema financiero, sube al podio triunfador a una minoría elitistas y antinacional como es el Poder Económico.
[No hay ejemplo mas claro para confirmar la existencia de ganadores y perdedores, que la conducta que ahora están expresando las representaciones políticas del modelo del Poder Económico: prometen que desde el Estado eliminaran retenciones y contribuciones patronales, medidas que solo aumentaran las ganancias de esa minoría oligárquica, liberal y reaccionaria, pero rechazan las medidas que, eliminando Ganancias e IVA benefician a 25 millones de argentinos y argentinas aumentando el poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y beneficios sociales como la AUH y el Potenciar Trabajo]
Y MIENTRAS LA MONEDA ESTÁ EN EL AIRE APARECIO EL MASSA MENOS ESPERADO
Al recibir la noticia de que la formula de la ahora Unión por la Patria era encabezada por Massa, intenté explicar el desencanto de muchos sectores del peronismo con estas palabras:
«La trazabilidad de la carrera política de Massa, justifica sobradamente su etiquetado como “Embassy and bussines friendly” Es que la figura de Massa nos representa la misma imagen de Alberto y su falta de vocación para enfrentar a los poderosos, con su complacencia ante el accionar empresarial, periodístico y judicial representativo del Poder Económico»
Y nobleza obliga, debo reconocer realidades que relativizan esos juicios, por mi emitidos. (Aclaro, por si las moscas, digo «relativizar». Es literal)
En primer lugar esta claro que tanto las arteras maniobras del FMI para dilatar hasta después de las P.A.S.O los giros de divisas acordados y los irracionales aumentos de precios causados por la elite empresaria (estoy escribiendo esto luego de la noticia del 12,4% de aumento de precios en agosto) han tenido la clara intencionalidad política de debilitar las chance electorales de Unión por la Patria a través un malhumor social en aumento.
Esto demuestra que para el Poder Económico y sus aliados extranjeros Massa NO es el candidato de sus preferencias. O sea que, invirtiendo mi opinión, la «Embassy» como el mundo de los «bussines» claramente no son Massa`s friends,
También las decisiones que van surgiendo de Massa en su doble rol de ministro y candidato, y que detallo mas abajo, controvierten aquello de que su figura representaba la misma falta de vocación para enfrentar a los poderosos demostrada por Alberto.
- El posicionamiento ante la exigencia de devaluar un 100 % del FMI.
- La ignorancia olímpica al ajuste presupuestario con las medidas de Ganancias, IVA y aumento del presupuesto educativo.
- La instrumentación del plan de generación de suelo, loteando terrenos fiscales ociosos con servicios.
- La búsqueda de alternativas financieras de ultima instancia, con los yuanes del swap chino y acuerdos con Qatar o la CAF, para burlar la trampa en divisas que nos heredó a todos los argentinos y argentinas el gobierno de Macri, confrontando directamente los intereses de las multinacionales,
- Incluir en una separata del proyecto de presupuesto nacional un impuesto mínimo del 15% a toda empresa multinacional, lo que evitara todas las maniobras elusivas que se realizan sobre ganancias,
Junto a estas medidas no puedo dejar de remarcar positivamente que , con hechos y discurso, pone al descubierto las propuestas antipopulares y antinacionales de la derecha, y deja en evidencia los privilegios de la elite empresarial argentina, la verdadera casta, instalando en el debate social porque faltan los dólares que no están y los privilegios tributarios que usufructúan del Estado por un 4,9 % del PBI.
[Si, si, no leyeron mal. Los que claman por eliminar el déficit fiscal lo provocan con sus beneficios impositivo]
Y MIENTRAS LA MONEDA GIRA EN EL AIRE…
… los exhorto a no dejarse ganar por el «sindrome Alberto», ya que así nos convertiremos en voluntades desencantadas, agobiadas, descreídas, sin poder resistir al remedio eterno que las clases del privilegio nos ofrecen.
La cara que muestre la moneda cuando deje de girar en el aire estará definida por la resolución que demos como sociedad a ese proceso y será lo que defina el futuro que nos espera como comunidad.
Ni más ni menos que el futuro, esa conjetura que puede ser predicha, anticipada, por decisiones tomadas en el presente.
Y ese futuro será responsabilidad colectiva de nuestra conducta en el momento actual.
HAGAMONOS CARGO.